viernes, 19 de abril de 2019

EXAMINANDO EL EXAMEN


La evaluación es uno de los principales pilares en los que se basa la educación en la actualidad. El hecho de evaluar y, a partir de ésta, conocer aquello que han adquirido los alumnos, es una de las claves fundamentales. Ésta nos ayuda a entender aquello que conocen los alumnos, si los contenidos curriculares se han adquirido, afianzado y si han entendido los conceptos.
El examen es todo un clásico en los colegios. Ha sobrevivido y perpetuado a lo largo de los años. Es temido por el alumnado ya que sus resultados pueden ser confortadores para unos, pero aterradores para otros.


¿Por qué ha perdurado a lo largo de los años?
Es un instrumento sencillo de utilizar.
Año tras año puedes utilizar el mismo documento, por tanto reduce el esfuerzo de preparación de forma casi radical.
Es un buen salvoconducto para justificar la calificación del alumnado ante una entrevista
con las familias.


¿Es suficiente?

Es necesario que nuestro alumnado esté acostumbrado a realizar exámenes, ya que los tendrán que hacer en un acceso a la universidad, en una oposición, en un proceso selectivo… pero como docentes no nos podemos quedar en un examen y nada más, ya que no podemos obtener ninguna información del proceso de aprendizaje de nuestros alumnos.

Con el examen no estamos recogiendo la información necesaria para evaluar a un alumno, como puede ser la creatividad, hablar en público, solucionar un problema con otras personas, realizar una investigación…

Un resultado numérico podrá ayudarte a entender dentro de una escala de valores, en qué punto se encuentra un determinado alumno pero nunca te explicará en qué se supone que está fallando ese alumno o dónde está su error de aprendizaje e incluso tampoco te ayudará a disipar las dudas de dónde estás fallando tú como docente. Por tanto, considero que la nota numérica está bien para orientarse pero nunca como para tomarla como referencia al pie de la letra y al cien por cien de fiabilidad.

Así pues, surgen dos grandes preguntas que afecta de lleno al actual sistema de evaluación y que de manera directa nos afectan como docentes: ¿Cómo consigo evaluar a un alumno para que adquiera conocimientos reales? Y ¿Cómo mediante la evaluación sé si este alumno los ha adquirido realmente?


El examen ¿el único método de evaluación?

Durante el bloque hemos conocido diferentes estrategias de evaluación: Técnicas de observación, que permiten evaluar los procesos de aprendizaje en el momento que se producen; los docentes pueden advertir los conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores que poseen los alumnos y cómo los utilizan en una situación determinada.
Técnicas de desempeño, aquellas que requieren que el alumno responda o realice una tarea que demuestre su aprendizaje de una determinada situación. Involucran la integración de conocimientos, habilidades, actitudes y valores puestos en juego para el logro de los aprendizajes esperados y el desarrollo de competencias.
Técnicas para el análisis del desempeño, Portfolio (concentrado de evidencias estructuradas que permiten obtener información del desempeño de los alumnos); Rúbrica (indicadores que permiten ubicar el grado de desarrollo de los conocimientos, habilidades y actitudes)


¿Qué utilizo yo en mis clases?
En mis años como docente he tenido una evolución positiva…
Comencé con las conocidas Técnicas de interrogatorio (pruebas escritas y orales)…
A los pocos años de maestro comencé a introducir Técnicas de observación ya que el día a día del aula no estaba recogido en la evaluación…
Y en estos momentos ya enlazo rúbricas, escalas de observación, exámenes, exposiciones, investigaciones… tanto de forma de heteroevaluación, coevaluación y autoevaluación.



Por tanto tenemos claro que el examen no tiene y debe ser el único método de evaluación ya que solamente realiza una evaluación de los contenidos asimilados, y memorizados, en ese momento concreto; y se deja sin evaluar las habilidades, las actitudes y los valores que poseen los alumnos.







https://www.educacionespecial.sep.gob.mx/pdf/doctos/2Academicos/h_4_Estrategias_instrumentos_evaluacion.pdf

lunes, 8 de abril de 2019

¿Evaluando para formar o para calificar?


Debemos evaluar para mejorar los resultados de la actividad educativa y no como ha sido habitual hasta ahora para sancionar, certificar, clasificar o seleccionar a los alumnos en función de esos resultados. Esto supone que la evaluación debe ser considerada como una parte integrante del proceso educativo, con una función básicamente orientadora y de control de la calidad de todas las acciones que se emprenden dentro del mismo.

En este sentido la evaluación inicial debería ser el punto de partida de esta nueva concepción de la evaluación donde los resultados no sean sólo una nota que califique al alumnado, sino que sea toda la prueba un instrumento de diagnóstico para una posterior intervención. Si nos quedamos en una nota más no tiene ningún sentido… A partir de los datos obtenidos, debemos enfocar nuestro trabajo en la unidad.
Ahora mismo estamos en el colegio inmersos en un cambio metodológico, un cambio hacia el Aprendizaje Cooperativo… Utilizar metodologías activas implica que hay que evaluar de otra maneraNo podemos cambiar la metodología sin cambiar la evaluación; esto lo hemos oído miles de veces a todo aquel que habla de innovación metodológica. Si queremos que nuestros alumnos aprendan de una manera diferente y dedicamos las sesiones a “enseñar” de una manera diferente… ¿cómo es posible que la evaluación sea de una manera tradicional? No podemos cambiar la metodología y quedarnos con un examen escrito al final de la unidad.
Hay muchos profesores que ya están utilizando herramientas de evaluación diferentes a los típicos exámenes. Evaluar de una manera más acorde a la metodología que se emplea en clase, evaluarlos de forma continua y formativa.

Como propuesta de mejora, en cuanto a la evaluación inicial, para mi práctica docente he sacado la siguiente investigando por internet…
En el libro ”Evaluación en la educación secundaria”, de la Editorial Grao propone una “Evaluación inicial” muy sencilla de preparar y que no lleva más de 5 minutos de tiempo a los alumnos (y como siempre estamos con el tiempo de la unidad muy ajustado, nos viene muy bien)
La propuesta que hacen es… pasar un formulario a los alumnos al comienzo de cada unidad preguntándoles 2 cuestiones sobre los contenidos que vamos a ver: si los han visto anteriormente, y que valoren en qué medida se acuerdan o saben eso que ya han estudiado.

¿Cuál es el OBJETIVO de esta evaluación inicial?
Dar una visión general de lo que los alumnos ya saben (y lo que no), informar sobre aquellos conceptos que no han sido bien asimilados en cursos anteriores.

¿Qué hacemos con la evaluación final?
Reducir la evaluación a su aspecto cuantitativo o acreditativo, es quizás el problema fundamental y más frecuentemente. La evaluación tradicional es positivista y enfatiza en su aspecto cuantitativo intentando la medición objetiva de variables. Los maestros dan por sentado que los procedimientos de elaboración de pruebas, calificación, etc. es sinónimo del complejo proceso de evaluar. La evaluación es para ellos determinar cuánto han aprendido los alumnos y para ello deben aplicar pruebas de conocimiento. Y al estar determinada por reglamentos preocupa menos a los maestros que otros temas educativos.

¿Qué hacemos con la coevaluación y la autoevaluación?
En mi caso, la autoevaluación y la coevaluación las aplico de forma muy sencilla en las clases… a partir de actividades de trabajo diario, exposiciones por parte de los compañeros… Estoy todavía en el primer paso de mi propuesta de estrategia de la actividad del reto 5.3 con listas de cotejo… los compañeros solo tienen que “evaluar” entre un SÍ o un NO los ítems que yo les marco al inicio… aunque puedo observar que los alumnos han mejorado considerablemente el trabajo, creo que todavía podemos subir el nivel si llegamos a realizar la coevaluación o la autoevaluación con las rúbricas, ya que el nivel de concreción aumenta.

Por tanto, si nos quedamos con “cubrir expediente” y queremos tener un “documento” que nos sirva para defender que nuestros alumnos saben o no saben unos contenidos (aunque esto último no está muy claro ni solo contenidos debemos trabajar en la escuela) hacer un examen al final de la unidad es suficiente… pero si queremos que nuestro proceso educativo sea rico y productivo tenemos que programar igual o mejor la evaluación que las sesiones de clase… y no solo con un “todopoderoso” evaluador…